Asier ETA Biok (Asier Y yo) es uno de los documentos más valientes que han retratado en conflicto vasco en los últimos años. No en vano, la cámara se cuela en la vida del ex miembro de la banda armada ETA Asier Aranguren gracias a la amistad que le une al actor –y codirector de la película, junto a su hermana Amaia- Aitor Merino.
El film se estrenó en el Zinemaldia -el Festival de Cine de Donostia-, donde creó una gran expectación y se adjudicó el premio Irizar a la mejor película vasca. A pesar de ello y de que los realizadores invirtieron los 20.000 euros del premio en la distribución, la película no ha tenido apenas recorrido en las salas comerciales fuera de Euskal Herria.
En Aragón, pudimos ver Asier ETA Biok el pasado mes de mayo de 2014 durante tan solo un fin de semana en el Cine Club Cerbuna de Zaragoza. Ayer llegó la segunda oportunidad en el marco del Festival Internacional de Documental Etnográfico Espiello, que inició este viernes en Boltaña (Sobrarbe) su decimotercera edición.
En ese escenario, tuvimos oportunidad de charlar un buen rato con Aitor.
AraInfo.- La historia de Asier, ¿era algo que siempre habías necesitado contar?
Aitor Merino.- Todo lo contrario, la historia se ha preñado sin que yo lo supiera. En las vidas de todas las personas hay muchas cosas que podrían ser contadas, pero nunca pensé en conseguir material para grabar una película de la vida de Asier. Sin embargo, mi hermana –que es la codirectora- sí, y me lo dijo cuando todavía él estaba en la cárcel. Le faltaba poco para salir y la ideadespertó algo en mí.
Todo ocurrió como cuento en la película: el día anterior a que saliera de prisión, algo de lo que nos enteramos fortuitamente, intenté que algún amigo me dejase una cámara pero no fue posible y tuve que tirar de tarjeta –en esos momentos andaba mal de pasta- para comprarla.
A.- ¿No te entraron dudas de tratar un tema tal peliagudo?
AM.- Al ver la grabación de la puesta en libertad de Asier y del recibimiento en las calles de Pamplona, supe que podríamos hacer una película importante. En algunos momentos sí que hemos sentido que pisábamos descalzos sobre un terreno lleno de chinchetas pero eso nunca nos ha echado para atrás, sólo nos ha hecho saber que debíamos tratar el material con muchísimo respeto.
A.- ¿Y Asier también estuvo de acuerdo?
AM.- Sí, claro. Él ha sido muy generoso porque le hubiera sido mucho más fácil continuar llevando una vida anónima y no aparecer en una película que, además, hace un retrato duro de su persona. Asier no habría hecho la película como la hemos hecho nosotros, habría contado una historia distinta, pero lo que es reseñable es su valor para permitirnos hacer un guion que hace valoraciones continuas sobre sus pensamientos y sus acciones.
A.- ¿Os habéis inspirado en algún otro documental anterior?
AM.- Sí, especialmente de una película del israelí Avi Mogravi titulada How I Learned to Overcome My Fear and Love Arik Sharon (1997). Trata de cómo este documentalista, que es increíblemente crítico con la política de Israel respecto a los territorios ocupados, pasa de odiar a Arik Sharon, por sus matanzas militares, a tener una relación con él. En ese momento entra en conflicto consigo mismo y con sus cercanos y eso nos dio la clave para que yo apareciera en la historia.
Era necesario para crear una complicidad directa con el público, que se pudieran sentir identificado con las dudas que yo tengo y hacer de puente entre mi amigo Asier y el espectador.
A.- Con estos ingredientes y los éxitos cosechados, ¿por qué de una distribución tan exigua?
AM.- No lo llegamos a entender. El revuelo que provocó nuestro premio en San Sebastián hizo que varios distribuidores se interesaran por la película, algo muy extraño teniendo en cuenta la difícil exhibición de los documentales en general. Sin embargo, nos encontramos con un problema muy fuerte y es que la mayoría de exhibidores –los dueños de los cines- no quisieron mostrar la película. Hubo casos, como el del Yelmo Cines, que ni siquiera quisieron verla al leer el título.
Eso sí, donde se ha visto ha tenido un gran éxito; en Madrid estuvo 4 meses en cartel convirtiéndose en el film más visto de la sala Artistic Metropol, a pesar de todo hemos sido el documental con más espectadores del Estado español desde 2010.
A.- ¿Y en las televisiones?
AM.- Ocurrió lo mismo. Solo la compró Euskal Telebista, y fue la película más vista en los últimos 5 años. Por eso tomamos la estrategia de centrarnos en moverla por otros ámbitos como universidades, centros culturales y sociales –también okupados- y festivales. Precisamente es en esos ambientes donde más interés despierta, y también donde nosotros nos sentimos más cómodos.
A.- A pesar del cese de la actividad de ETA, todavía no estamos en un clima de normalidad…
AM.- Obviamente, el conflicto todavía no ha terminado. Por un lado, todavía sigue siendo un tema que la sociedad española no sabe abordar más allá de los tópicos. En la sociedad vasca sí que se están produciendo movimientos muy interesantes de autocrítica tanto en lo político como en lo social.
A.- ¿Crees que hubiera sido posible hacer esta película 10 años atrás?
AM.- Sí, de hecho nosotros no hicimos la película por la situación política que había sino porque Asier salía de la cárcel. Eso coincidió en el tiempo con el cese de la actividad armada de ETA y con una serie de pasos que nos han facilitado mucho el camino. Hace 10 años la historia hubiera sido contada en otro tono y la respuesta del público también hubiera sido distinta.
A.- ¿Cómo sería el guion de una imaginaria segunda parte?
AM.- La semana del estreno Asier fue detenido y encarcelado por segunda vez. En esta ocasión por hacer un trabajo político como intermediario entre el colectivo de presos y otras organizaciones sociales. Es profundamente injusto porque era, además, un trabajo que realizaba públicamente.
Ha sido un tiempo muy duro y ahora está en libertad, con cargos y bajo fianza,a la espera del juicio. Habría motivos para hacer una segunda parte pero no queremos volver a meternos en su intimidad.
A.- ¿Crees que te puede perjudicar profesionalmente haber realizado este film?
AM.- No lo sé. La diferencia con otros films como la pelota vasca o con el caso de Willy Toledo es que ellos son mucho más conocidos que yo. En ese sentido me siento más protegido. Sí que es posible que se me cierren algunas puertas, pero espero que se me abran otras.
A.- Habréis recibido duras críticas de algunas personas que hayan sufrido de manera muy directa el conflicto.
AM.- Ha habido familiares de personas asesinadas por ETA que se han puesto en contacto con nosotros para felicitarnos por la película, aunque también hay quien ha sentido un gran rechazo. Creo que uno de los aciertos de la película es que cuenta una historia y deja que el espectador saque sus propias conclusiones.
A.- Imagino que tiene que ser muy duro en algunos casos…
AM.- Las personas no podemos evitar vernos reflejados en el otro; somos seres sociales y se entretejen lazos afectivos queramos o no. Normalmente las posturas más negativas son las que vienen marcadas por la visión que se da por los medios de comunicación, que es tendenciosa y tiende a crear clichés.
Sin embargo, cuando confrontas cara a cara con quien tiene una visión completamente distinta y le abres tu corazón, la ideología pasa a un segundo plano y se crea un hilo de comunicación de persona a persona. Eso es lo que nos suele pasar; hay gente muy diversa que se nos abre porque nosotros también nos hemos abierto frente a ellos.
