Aire fresco en la Marcha por los Derechos Sexuales y Reproductivos

La Marcha que bajo el lema “Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir”, recorrió en la tarde del día 21 de Junio el bulevar central de la Gran Vía zaragozana fue un ameno “vía crucis feminista”. Partió de las escaleras del muy insigne Paraninfo Universitario para terminar su procesión frente al Hospital General de Aragón, dónde respetuosamente y, como dicen los puristas, “hacia dentro”, una saeta dedicada a la Gran Vulva Rerum Novarum nos puso los pelos como escarpias. Durante todo el recorrido se realizaron las preceptivas “paradas o estaciones”, …

Foto: El Ventano
Foto: El Ventano
Foto: El Ventano
Foto: El Ventano

La Marcha que bajo el lema “Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir”, recorrió en la tarde del día 21 de Junio el bulevar central de la Gran Vía zaragozana fue un ameno “vía crucis feminista”. Partió de las escaleras del muy insigne Paraninfo Universitario para terminar su procesión frente al Hospital General de Aragón, dónde respetuosamente y, como dicen los puristas, “hacia dentro”, una saeta dedicada a la Gran Vulva Rerum Novarum nos puso los pelos como escarpias.

Durante todo el recorrido se realizaron las preceptivas “paradas o estaciones”, a veces utilizando las del tranvía y otras bajo la sombra de los frondosos plataneros. En cada una de estas “estaciones” fue representado un pasaje de la vida, obra, milagros, alegrías y también sinsabores, reivindicaciones y preocupaciones de la Gran Vulva Rerum Novarum, bendita y alabada siempre.

El séquito somarda, a diferencia de las “manolas clásicas” de otras fechas del calendario, rompió constantemente el silencio, coreando gritos clásicos como “vamos a quemar la conferencia episcopal, por machista y patriarcal”, el ritmo de los tambores y bombos también difería un poco al de la semana primaveral de procesiones, y quizá por la inminente llegada del verano la tradición tamborilera aragonesa parecía por momentos sacada del mismísimo Candeal.

Como manda la tradición procesional el acto litúrgico alcanzó su culmen con la lectura de la sagrada palabra revelada por nuestra siempre bendita y alabada Gran Vulva. La sacerdotisa del Amado Megáfono exigió “el derecho que tienen las mujeres a interrumpir voluntariamente un embarazo y a decidir sobre su maternidad", añadió la preocupación por las mujeres aragonesas de nacionalidad extranjera, “que ven recortados sus derechos por el mero hecho de carecer de papeles” y terminaba reclamando “educación sexual en todas las etapas de escolarización”.

Amén.

[next coming: the film Gran Vulva Rerum Novarum] | Para AraInfo

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