25S: Transformaciones y contradicciones en un otoño combativo

Observar y ver como evoluciona una propuesta que surge de los nuevos movimientos sociales surgidos desde el 15M antes de desligarme, es una premisa que he ido aprendiendo en estos últimos tiempos. Los movimientos surgidos al calor 15M evolucionan, se abren, son transformados por asambleas y colectivos. Por supuesto que hay que hacer crítica constructiva, lo positivo de estos movimientos es que se preocupan por lo que se les puede señalar como negativo, no se aferran a su verdad, porque saben que hay gente que lucha desde hace tiempo en la honestidad, al final podemos afirmar que los discursos contrarios …

Observar y ver como evoluciona una propuesta que surge de los nuevos movimientos sociales surgidos desde el 15M antes de desligarme, es una premisa que he ido aprendiendo en estos últimos tiempos. Los movimientos surgidos al calor 15M evolucionan, se abren, son transformados por asambleas y colectivos. Por supuesto que hay que hacer crítica constructiva, lo positivo de estos movimientos es que se preocupan por lo que se les puede señalar como negativo, no se aferran a su verdad, porque saben que hay gente que lucha desde hace tiempo en la honestidad, al final podemos afirmar que los discursos contrarios pero constructivos participan en la transformación, la dialéctica como motor de conocimiento. Ya me gustaría que las direcciones de grandes sindicatos y de algunos partidos de izquierda fueran la mitad de receptivos a discursos críticos.Creo que uno de los ejemplos más claros es el llamado 25S, una iniciativa con la que personalmente he sido muy crítico desde el principio porque me parecía un error estratégico grande y un brindis al sol. No entendía, ni entiendo, que la acción tuviera como fin abrir un proceso constituyente en un contexto totalmente desfavorable, sin un proceso de acumulación de fuerzas para que primero ese objetivo pudiera tener alguna posibilidad y segundo, para que si se abriera ese periodo no fuera tutelado por los de siempre (o por algunos peores).

Creo sinceramente que ni los propios convocantes podrían imaginar un escenario real para realizar tan magno propósito, más bien considero que ha servido para llamar la atención sobre la propia acción y para poner en tela de juicio que los que mandan en el parlamento donde debería residir la soberanía popular, reside en realidad la soberanía de las élites económicas.

Otro de los problemas que se veían era el lema de “Ocupar el Congreso”, lema que “excitaba” a gran parte de la derecha extrema. Aunque rápidamente los impulsores salieron a desmentir que pretendieran tomar por la fuerza dicha cámara. En un viraje inteligente la coordinadora ha pasado a llamarlo “Rescata el Congreso” resaltando más la idea que el Parlamento está dominado por los intereses de las élites económicas y no por los intereses de la mayoría de la población. A pesar de que el capitalismo se ha empeñado hace años en intentar mostrar que son los mismos intereses, y que cuanto mejor les fuera a los ricos mejor nos iría a los de abajo. Este discursó caló, y no nos equivoquemos, sigue calando en gran parte de la sociedad, pero a día de hoy cuando las contradicciones son más que palpables se descubre a la luz del día como funciona el sistema. Esta acción puede conseguir con una imagen muy potente, un congreso rodeado por la gente que demanda que legisle a favor de las y los trabajadores, de la mayoría social y no para favorecer a las élites, dejar más al desnudo esa realidad ante la opinión pública.

Así que aun partiendo de una posición muy crítica, la transformación que ha sufrido la propia acción gracias a que han sido en parte las asambleas quienes han tomado el control de la misma a través de una coordinadora, han colocado las demandas sociales en un papel central y parece que están por darle un toque más realista a la acción, es necesario pues un apoyo de la acción en esa vertiente. A pesar de los últimos movimientos de la Plataforma “En Pie”, impulsora de la acción, que pretende seguir con el plan original, al margen de la coordinadora, de conseguir que ese día 25 o en los próximos se abra el proceso constituyente. No les falta razón en pretender una acción que sea algo más que una manifestación, pero determinar que ese es el momento puede ser principalmente un “brindis al sol” y transformase en división. Los horizontes de lucha parece que deberían estar más en la coordinación de las diferentes luchas sociales, y en crear un bloque potente que contrapese la iniciativa de los grandes sindicatos arrastrándolos a escenarios más radicales.

Aun con todo apoyaré el 25S en la versión arriba expresada, esperando expectante su evolución, al fin y al cabo siempre estuve con los que han luchado honestamente, y estoy entre los y las que nos hemos equivocado en más de mil ocasiones.

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