Zaragoza en Común se ha adherido al comunicado #DefenderAQuienDefende emitido por el colectivo Caminando Fronteras, para denunciar las constantes amenazas a las que se ve sometida su actividad por los derechos de las personas migrantes, especialmente en la Frontera Sur española. Durante los últimos días las amenazas han ido dirigidas a su integrante Helena Maleno a raíz de unas declaraciones públicas en las que cuestionaba la versión oficial respecto a una de las últimas actuaciones policiales en Tarajal, Ceuta, donde la policía intentó frenar a patadas y porrazos la entrada de 187 personas, según han asegurado desde la formación política.
Asimismo, han añadido: “La campaña de acoso orquestada contra Maleno se ha visto recrudecida e intensificada en los últimos días por amenazas telefónicas y en las redes sociales, que ponen en peligro su vida e integridad física y sexual”. Al parecer, la activista ya había sufrido intimidaciones e incluso de una agresión en el año 2014 en Marruecos debido a su trabajo de denuncia en la Frontera Sur.
Carlos López, portavoz de Zaragoza en Común, señala el apoyo de ZeC a la “incansable y necesaria labor que Caminando Fronteras lleva desempeñando desde el año 2002 para apoyar, visibilizar, sensibilizar y denunciar la situación de las redes migrantes en el norte de África y la vulneración de los Derechos Humanos en la Frontera Sur”.
Por su parte, Maribel Martínez, coportavoz de Zaragoza en Común, señala además la “gravedad” de las amenazas físicas y sexuales a Helena Maleno, “por su condición de mujer activista”. Un hecho que no es aislado, “precisamente -afirma Martínez- porque ella y Caminando Fronteras han denunciado en multitud de ocasiones las violencias ejercidas sobre las mujeres porteadoras en ambos lados de la frontera”.
Zaragoza en Común ha asegurado que se une a la denuncia pública de Helena Maleno -apoyada por multitud de colectivos y por activistas igualmente amenazados y amenazadas-, “porque el racismo, la violencia cotidiana sobre las personas migrantes que huyen de situaciones extremas y las amenazas a quienes defienden los Derechos Humanos no han de tener ningún tipo de cabida o tolerancia en una sociedad democrática”.