La violencia contra los y las refugiadas aumenta en Serbia

La semana pasada, un refugiado fue acuchillado por varias personas serbias en las cercanías del campo de Sombor. Aunque siempre ha habido incidentes, la inseguridad que padecen los refugiados se ha agravado en los últimos dos meses

Campo de Preševo. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Desde que comenzó la llamada “crisis de los y las refugiadas”, los ataques racistas a migrantes se han multiplicado por toda Europa. Según el Ministerio de Interior alemán el año pasado se reportaron 3.533 agresiones a refugiados y refugiadas solo en su territorio, lo que hace una media de 10 agresiones al día. El mismo problema, aunque con cifras menos escandalosas, ocurre en Suecia, Francia o Grecia, donde se han denunciado incendios provocados en casas y centros de acogida, palizas e incluso asesinatos.

Durante este tiempo, Serbia ha constituido una relativa excepción para los y las refugiadas que emprenden el viaje rumbo a Europa. Aunque se han reportado incidentes, ha sido considerado como “refugee-friendly” o, como mínimo, menos hostil que Estados vecinos como Hungría o Bulgaria. No obstante, la violencia que enfrentan los y las refugiadas se ha agravado en los últimos dos meses, especialmente en la ciudad de Sombor -en el triángulo fornterizo entre Serbia, Croacia y Hungría, al norte del Estado serbio- en la que está situado uno de los principales campos de refugiados y refugiadas.

Protestas xenófobas, asaltos y robos

En esta localidad, a principios de junio comenzaron a realizarse protestas de carácter xenófobo en la entrada del campo, durante las cuales varias decenas de personas reclamaban el cierre del mismo y manifestaban su rechazo a la presencia de migrantes en Serbia. Aunque no fueron muy numerosas, algunos refugiados establecen una relación entre esas protestas y el comienzo de los traslados forzosos desde el campo de Sombor al de Presevo, localidad al sur del Estado en la frontera con Kosovo.

Además, las últimas semanas han estado salpicadas de incidentes racistas para las personas que residían en Sombor. Los refugiados relatan, entre otras agresiones, destrozos en sus tiendas de campaña (algunos de ellos prefieren dormir fuera del campo para evitar ser transferidos contra su voluntad durante la noche), robo de objetos personales e intimidaciones por parte de grupos locales cuando entran al centro de la ciudad.

Un agredido en el ojo y en el brazo

La culminación de estas agresiones tuvo lugar el pasado miércoles 2 de agosto, cerca de las 21:00, cuando un refugiado fue acuchillado por un grupo de siete hombres armados con cuchillos, cadenas y un puño americano. Según uno de los refugiados que presenció los hechos previamente, algunos hombres locales habían roto y saqueado una de las tiendas de campaña. Cuando cuatro refugiados acudieron a recuperar lo que quedaba de sus pertenencias, fueron asaltados.

Tres de ellos consiguieron escapar, pero uno fue alcanzado por el grupo, que comenzó a golpearle brutalmente. Uno de los agresores le infligió una cuchillada junto al ojo y otra en el brazo, provocando una hemorragia considerable. Los gritos alertaron a varios refugiados del campo, que salieron en defensa de su compañero, provocando la huida de los atacantes, ha aclarado el refugiado con el que se ha podido contactar. Según uno de los presentes, las consecuencias de la agresión podrían haber sido mucho más graves si nadie hubiera aparecido a tiempo.

La policía no ha realizado ninguna detención

Asimismo, los refugiados implicados en la agresión denuncian que el responsable del campo se desentendió del asunto, afirmando que él era solo responsable del alojamiento y la comida del campo, no de la seguridad de sus habitantes. La policía, por su parte, no ha dado relevancia a la agresión y hasta ahora no ha realizado ninguna detención.

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