José A. Serrano, preso natural de Bilbo que cumplía condena en la cárcel de Zuera, falleció el pasado 14 de octubre, solo y sin que ningún funcionario pudiese acudir en su ayuda. Desde entonces han transcurrido más de cinco meses en los que ni la familia ni su compañera sentimental han podido siquiera ver el cuerpo.
La Audiencia de Zaragoza revocó el Auto del Juez Instructor que denegaba la solicitud de realizar una segunda autopsia para que se pueda esclarecer qué llevó a la muerte a José A. Serrano Benítez.
La Audiencia estimó que no era suficiente el primer informe de autopsia del Médico Forense para determinar si se produjo o no alguna actuación de terceros que pudiera haber provocado la muerte del interno, "siendo evidente que este informe de autopsia inicial en modo alguno puede pronunciarse sobre si hubo o no negligencia en el suministro médico a José A. Serrano, en el control de su confinamiento en una celda de aislamiento, etc…".
Así, accedió a que se realizase una segunda autopsia junto con un segundo informe forense, pero a costa de los solicitantes. La compañera ha tenido que buscar peritos forenses con conocimiento de causa y recoger el dinero para cubrir el gran coste que eso conlleva. Al habérsele denegado el Derecho a Justicia Gratuita, los costes sólo pueden correr a cargo de las partes que solicitan las diligencias de averiguación.
¿Dónde sigue el cuerpo? ¿Por qué a día de hoy todavía no se ha presentado el Historial Clínico de José A. Serrano?
En todo este tiempo, ni a los padres, ni a la pareja de José se les han dejado ver el cuerpo. La familia denuncia que el Juzgado sólo ha puesto trabas y más trabas a la petición para que Instituciones Penitenciarias aporte la historia clínica completa, lo que puede parecer un intento de dilatar en el tiempo todavía más el procedimiento para que "no quede rastro de los malos tratos que José sufrió dentro de prisión".
Según la familia, José A. Serrano Benítez ha sido víctima de la desasistencia sanitaria que sufren las personas presas en las cárceles del Estado Español, acentuándose el desamparo con presos que se encuentran en aislamiento.
Meses después de su muerte, no se sabe si el cuerpo continuará suficientemente bien conservado para proceder a la toma de muestras, ni si las señales de violencia sufrida continuarán en su cuerpo, pero sus allegados y familiares no pierden la esperanza. Por eso han conseguido los medios para proceder a esta segunda autopsia. Tras la toma de muestras, el Juzgado ha autorizado por fin que el cadáver de José quede a disposición de la familia para que puedan despedirse de él como es debido.
La familia anima de nuevo a la sociedad a ayudarles económicamente para pagar los gastos de las pruebas periciales para lo que facilitan el siguiente número de cuenta: ES66 2095 3150 2310 9280 7584.