La ONU aprueba su lavado de cara ante las personas refugiadas y migrantes

La Asamblea de la ONU rubrica la Declaración de Nueva York sobre los Refugiados y Migrantes, con la firma de todos los estados miembros en un papel que ya se aprecia mojado

Asamblea General de la ONU. Foto de archivo: ONU/Manuel Elia.

La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptaba este lunes por consenso la Declaración de Nueva York sobre los Refugiados y Migrantes, una iniciativa que vuelve a reiterar, en el papel, el compromiso de los Estados miembros con un enfoque integral y humano ante el flujo global de personas.

La Declaración era aprobada en la Cumbre sobre el tema que sesiona en la ONU este lunes y fue pactada por los 193 Estados miembros de Naciones Unidas el mes pasado. En el texto, los jefes de Estado y de Gobierno prometen que protegerán los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes, sin importar su estatus, y que respetarán las normas internacionales vigentes en ese ámbito. Una promesa que contrasta con la realidad de unos países ricos que no han dejado de aumentar presupuestos en el blindaje de fronteras, como lo ha hecho Europa ante la crisis de refugiados provenientes de Oriente Próximo y norte de África, o como lo hace Estados Unidos en su frontera con México.

Antes de su aprobación, el Secretario General de la ONU felicitaba a los Estados miembros.

"La adopción de esta Declaración implicará que más niños puedan asistir a la escuela, que más trabajadores puedan buscar trabajo en el extranjero de forma segura en lugar de quedar a la merced de traficantes criminales, y que más gente tenga opciones reales de regresar a sus países una vez que hayan terminado los conflictos y que haya paz", aseguraba Ban Ki moon.

La realidad es que decenas de miles de personas han fallecido en diferentes conflictos activos alrededor del planeta. Existen cerca de 60 millones de personas desplazadas por la guerra, según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y 21 millones de refugiados. En lo que va de año más de tres mil personas han fallecido ahogadas tan solo en el Mar Mediterráneo mientras huían de la guerra o el hambre. Todo, ante la despistada mirada de la ONU, a través de ACNUR.

En la declaración, los 193 Estados miembros reconocen una responsabilidad compartida para gestionar grandes movimientos de refugiados y migrantes de forma humana, sensible, compasiva y centrada en la gente, y se comprometen a abordar las causas de estos desplazamientos masivos de población. Un compromiso que, como tantos otros adquiridos por la ONU, sorprendería que llegara a evidenciarse de forma efectiva.

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